En el caso de parejas heterosexuales con hijos, la mujer tiende a ser vista como la progenitora responsable. Los sacrificios personales y profesionales de la mujer se dan por sentados y se inculcan como una identidad social deseable. Por ejemplo, a menudo se piensa en las mujeres como madres (en primer lugar) que trabajan por un sueldo (en segundo lugar) - o madres trabajadoras. Sin embargo, rara vez se considera a los hombres que trabajan y son padres como padres trabajadores. La mayor presión que suele recaer sobre las mujeres con estos dos roles se resume en el dicho: “Esperamos que las mujeres trabajen como si no tuvieran hijos, y que críen a sus hijos como si no tuvieran trabajo”